¡Increíble! Los Reds ganaban bien y, a los 49'ST, el noruego la metió en contra. Qué manito, Chelsea...
Nadie puede sacarle la desazón a John Arne Riise. El infortunio y la torpeza que tuvo cuando se jugaban cuatro minutos y seis segundos de adición, no lo debe dejar cerrar los ojos tranquilo. Porque ni cerrándolos podrá borrar esa imagen, la del momento fatídico. Ese en el que cabeceó un centro de Kalou desde la izquierda, y la mandó a guardar en su arco, que custodiaba Reina. El noruego, que en el 2001 la metió en la final de la Supercopa de Europa (3-2 al Bayern), ayer le dio al Chelsea la chance de empatar un partido que en el juego era favorable al Liverpool. Por eso los lamentos. Por eso la bronca. Porque ahora la Champions, bandera de Rafa Benítez (la ganó en el 2005 y perdió la final en el 2007), está en peligro. Los ojos incrédulos de Mascherano en el final son una muestra.
Puede ser fuerte que el Liverpool se quede afuera por el gol en contra de Riise. Casi como tirar un año a la basura. Es que al comienzo de la temporada, desembolsó 36 millones de euros por Torres (ayer no rindió). También, compró el pase de Mascherano en 26 millones. Gran inversión para que un error como el de Riise, que había ingresado a los 16' del ST por el brasileño Fabio Aurelio (se lesionó solo), arruine tanta ilusión. Por las dudas, los fans rivales ya tiraron sus cargadas en los foros. Incluso hubo uno que le recomendó a Riise que vaya a tomar vodka y jugar al ajedrez con Kasparov. Obvio, por la mano del noruego al team del ruso Abramovich. Claro, el Liverpool es copero. El año pasado eliminó a los Blues en esta instancia. ¿Repetirá?
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